El reguetón daña el cerebro

Andrés Ojeda Sotomayor

Andrés Ojeda Sotomayor
Académicos de la Universidad de Miami determinaron que el reguetón disminuye a corto plazo la memoria y deteriora el hipotálamo, esa zona del cerebro que estimula la empatía, la confianza y la parte afectiva. En el campo de la Otorrinolaringología, se diagnosticó que perturba el oído por su estructura sonora y las frecuencias que emite. Otro estudio reciente de la Universidad de Helsinki, Finlandia, indicó que afecta la capacidad cognitiva y la inteligencia. Según la Psicología, degenera prematuramente las neuronas y está relacionado con problemas de autoestima, uso de sustancias tóxicas, trastornos alimentarios y depresión; sobre todo en los más jóvenes. Se está comprometiendo el desarrollo intelectual de la juventud que gusta de un ritmo monótono, sin darse cuenta del contenido explícito y misógino donde no se respeta a la mujer.
Disfrutar música de Vivaldi o Rock no nos hace superdotados, pero al menos mantiene activas las células cerebrales. Aunque cada persona es un mundo, incluyendo sus capacidades mentales, el estudio también advierte que escuchar música urbana desarrolla trastornos psicológicos en niños y adolescentes. A mi criterio, es una alerta temprana para que los padres de familia tomen control de lo que escuchan sus hijos, previniéndolos sobre los riesgos que conlleva. Creo que fomenta el machismo, la violencia de género contra la mujer y la degeneración social. No veo rasgos artísticos ni voces prodigiosas, lo que sí veo son capacidades vocales precarias, viciadas de balbuceos incomprensibles, obscenidad y depravación. Cierto día una persona me increpó: «que te guste el Rock no significa que sea mejor o peor que el reguetón». Más allá de las preferencias musicales o de empeñarse en tener la razón, la medicina ha demostrado clínicamente que el cerebro prefiere Rock y, por tanto, es beneficioso para la salud mental.
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