El diálogo es el camino

Juan Francisco Mora

Los seres humanos necesitamos hitos en el tiempo para dar cuenta de su transcurrir. La transición hacia un nuevo año es el principal y nos permite trazar una línea divisoria para evaluar lo ejecutado y proyectar un nuevo periodo hacia el futuro.

El cambio de año nos plantea este reto: la evaluación. ¿Alcanzamos las metas propuestas? ¿Logramos los resultados esperados? ¿Pudimos realizar acciones concretas para avanzar nuestros objetivos de largo plazo? ¿Qué faltó por hacer? ¿Qué pudo haberse hecho mejor?

Evaluar es una herramienta administrativa básica, pero también es un hábito positivo que nos da la posibilidad de mirar en perspectiva y no mantenernos estancados en el tiempo y el espacio. Se aplica tanto para la vida personal, familiar, empresarial, institucional y para los diferentes niveles de gobierno. Para todo y todos.

En cualquier circunstancia, en lo que concierne a la totalidad de la población, es la evaluación de la gestión de lo público lo que es de responsabilidad compartida. Tanto desde nuestro derecho como ciudadanos a exigir cuentas de lo actuado por quienes designamos como nuestras autoridades, cuanto por la corresponsabilidad que tenemos en la vida pública del país.

¿Estamos alcanzando los objetivos que nos planteamos como país/provincia/ciudad/parroquia? ¿Estamos alcanzando la calidad de vida que la población requiere? ¿Qué hicimos bien como país en el 2021? ¿Qué debemos lograr en el 2022? ¿Cómo solucionaremos en el nuevo año los problemas críticos de Ecuador?

Para responder a todas esas interrogantes hay un único factor constante: lo que sea necesario hacer lo debemos hacer a través del diálogo. Las autoridades de los diferentes niveles de Gobierno no podrán por sí solas dar las respuestas y las soluciones sin la participación ciudadana. Por otro lado, los ciudadanos, no podremos incidir en las soluciones que exigimos si no nos involucramos con nuestras autoridades en la gestión de los problemas que nos afectan.

Evaluemos pues lo actuado en 2021 y sumémonos activamente en diálogos nacionales que nos permitan proyectar un 2022 de bienestar para el país. El diálogo es el camino.