Ecuador bicéfalo

Ángel Polibio Chaves

La “gran prensa” daba fe el primer día de este año que las ciudades con mayor número de incivilidades la noche de Año Viejo fueron Salinas y Ambato. Esa “gran prensa” da cabida a noticias de nuestras provincias solamente cuando han ocurrido hechos escandalosos de violencia o ha tenido lugar algún accidente en el que han fallecido muchas personas. Nuestra misma gente, solamente presta atención a los comentarios de los columnistas que escriben en los diarios nacionales y poca estimación confieren a quienes lo hacen en los diarios locales. No he visto en los últimos meses alguna razón de hechos sobresalientes en distintos campos del quehacer humano generados por quienes habitamos “en provincia”. En definitiva, para la “gran prensa” solo existen Quito y Guayaquil; lo demás simplemente no existe.

Y lo que queda escrito no es una queja inmotivada, responde a lo que es nuestro querido Ecuador: un ente de dos cabezas. Pero más allá de la queja considero que es el momento para proponernos corregir esta situación: nuestras provincias tienen valiosos exponentes que tienen la capacidad e influencia para cambiarla. Debemos procurar un desarrollo regional armónico y equilibrado; el aporte que realiza “la provincia” a la nación debe ser correspondido con políticas públicas y disposiciones legales que corrijan paulatinamente estos desequilibrios y nosotros mismos, rescatar el valor de lo que produce en todo orden nuestra provincia o región.

Si somos conscientes de lo que ha quedado expresado, cabría como un buen propósito de año nuevo, comprometernos para que, en el desempeño de cualquier función pública o privada, en los espacios que se encuentren abiertos para difundir todo lo bueno y positivo que ocurre en la “periferia”, evidenciemos el significativo aporte que damos al desarrollo nacional con nuestros impuestos, nuestros recursos y productos, nuestro intelecto, en fin, con todo aquello que hacemos y que lo hacemos bien.