Derechos humanos, ¿sirven?

Christian Pérez

En estos días, el Presidente de la República, el Ministro del Interior, el Comandante de la Policía Nacional Zona 8 e incluso un Asambleísta, desde el desconocimiento de conceptos, arremetieron en contra del rol de los derechos humanos, echándoles la culpa de la inseguridad que azota al país porque, según ellos, aúpan a la delincuencia.

En cambio, en el contexto de la Copa Mundial FIFA, también se ha hablado de estos derechos pero desde la importancia de su respeto, ya que se han evidenciado los abusos que sufrieron los trabajadores migrantes que construyeron el torneo, la discriminación sistémica de las mujeres y el colectivo GLBTTI, etcétera; lo que generó el rechazo internacional plasmado en la negativa de varios artistas a participar en la ceremonia de inauguración en sentido de protesta.

Como vemos, dos opiniones confrontadas sobre un mismo concepto: la importancia del respeto a los derechos humanos.  Pero, ¿cuál es el rol de estos derechos? Ellos direccionan el ejercicio del poder del Estado para evitar que se desborde y se convierta arbitrario y genere graves violaciones. En este sentido, el Estado sí tiene el deber de investigar, sancionar, juzgar y reprimir las acciones delictivas pero en el marco de lo que establece la Constitución y la ley.  Entonces no es cierto que “los derechos humanos son solo para los delincuentes” o que “ya han de venir los derechos humanos a liberarlos”. Lo que los detractores no caen en cuenta es que, sin importar la etnia, sexo, género, orientación sexual, tendencia política, etcétera, todos y todas tenemos derechos humanos; y que el Estado, terceros que actúen en su nombre e incluso los particulares, están obligados a respetarlos, protegerlos y garantizarlos.

En definitiva, encontrar un enemigo interno para justificar la inoperancia o los atropellos del poder, es un recurso común en la historia política. Antes fue la falta de recursos, ahora es la injerencia de los derechos humanos y sus defensores. Siempre, lo más fácil será echar la culpa a otros para evitar asumir responsabilidades.