Violencia generalizada

Rogelio Morales Cattani

Rogelio Morales Cattani

Cuando mencionamos la palabra “violencia”, pensamos solo en aquella relacionada a los asaltos a la luz del día, sicariatos, asesinatos dentro de las penitenciarías donde incluso mediante cámaras de vigilancia están grabados quienes matan y vergonzosamente, en muchos casos, sus penas no han aumentado. Violencia es la cantidad de extorsiones o “vacunas” que se ejecutan sin que el Estado haya podido controlar como todos aspiramos.

Una cosa es la violencia física y otra la violencia anónima sistémica y sistemática que está oculta y latente en los distintos estamentos sociales que se presentan de varias formas con muchas variables, algunas de ellas muy sutiles y peligrosas. 

Latinoamérica violenta y violentada por un peligroso “terrorismo político” que no busca reivindicaciones sociales, sino enriquecimiento a través del narco tráfico y narco política en un escenario donde sobra el dinero con el que “compran” varios estamentos de control, legales y de las fuerzas del orden que caen en la tentación y alcahuetean con inmunidad o impunidad en favor de los delincuentes. 

Sufrimos una violencia que por ahora es epidémica y endémica, que afecta a varios grupos de poder que tienen doble moral y están dirigidos por pacientes bipolares. Sufrimos una “violencia arcaica” donde los sacrificios sellados con sangre, son las formas de pagar favores, o de cobrar deudas. Tanto el exceso de negatividad como el de positividad son peligrosos porque desencadenan otro tipo de crimen, sin que necesariamente existan enemigos físicos.

Decapitación de la sociedad, deformación disciplinaria y depresión del ser humano, son otros elementos de intimidación que se sienten, aunque no dejan huellas físicas sino psicológicas. En el pasado inmediato, la violencia era omnipresente, cotidiana y visible, ahora se ha vuelto permanente, desvergonzada y camuflada.

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