Una nueva esperanza

Zuanny Miñaca Toro

Iniciamos un nuevo mes con un panorama diferente, luego de dos años de pandemia el COE nacional junto al gobierno han anunciado nuevas medidas. Existen varios debates debido a esto, sin embargo, cada criterio es respetado y cada quien tiene la libertad de elegir. En varios países del mundo el uso de mascarilla ya no es necesario en espacios abiertos debido a la disminución de casos por COVID-19.

Pese a que el uso de mascarilla ya no es obligatorio no significa el fin de la pandemia y que no debamos seguir cuidándonos. Es responsabilidad de cada persona continuar con las normas de higiene previstas para evitar cualquier tipo de contagio y juntos vencer esta enfermedad que ha aquejado a varias personas alrededor del globo terrestre.

Se espera una reactivación económica mayor para este año lo cual será de beneficio para la población tras la gran crisis económica de 2020 que afectó en mayor parte a América Latina y el Caribe según fuentes de la CEPAL. En el ámbito educativo la virtualidad está regresando a la presencialidad lo cual es positivo ya que no todos los estudiantes tenían acceso a herramientas tecnológicas y esto provocaba desigualdad de derechos en este ámbito.

Gracias a Dios, las cosas se están tornando positivas y renace la esperanza en todo aspecto. Los niños irán a las escuelas sin el temor que existía años atrás y con la libertad de poder salir a jugar, los adolescentes tendrán mayor libertad para realizar sus actividades diarias y relacionarse socialmente e intelectualmente para su desarrollo personal, y se abren nuevamente las puertas para jóvenes y adultos cuyos sueños tal vez quedaron truncados en el ámbito laboral, así como también para los emprendedores y pequeños comerciantes que lucharon para sacar adelante a sus familias. La lucha continúa, y como dijo Bennet “Nunca pierdas la esperanza. Las tormentas hacen a la gente más fuerte y nunca duran para siempre”.

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