Gonzalo Yépez Palma
Hablábamos el otro día con entendidos en materia turística y la conclusión fue que nuestro cantón y provincia tienen extraordinarios recursos naturales y culturales, como para presentarnos al mundo como un buen destino turístico. ¿Qué nos falta? Fue la pregunta de cajón. Todos coincidieron que son varios factores.
Aparte de la infraestructura y dotación de servicios básicos que deben cumplir los gobiernos de diferente nivel y de las iniciativas privadas para invertir en turismo, veo también la necesidad de trabajar en dos grandes campos: educación y capacitación.
Aún persisten malas costumbres de botar basura a la calle, a la vereda, a quebradas, a parterres, es decir, en el espacio público, que es de todos. Es penoso ver en la vía Aventura, cómo la gente bota basura sin ningún problema. A esto se suma que aún persiste la mala costumbre de conducir vehículos motorizados por el carril diseñado exclusivamente para caminata, trote, coches de bebés o ciclismo recreativo.
En muchos establecimientos se ve que el personal que atiende no tiene la más mínima idea de cómo agradar a la clientela e invitarla a servirse su producto. Primero, se presentan con ropa inadecuada, cuando lo ideal sería ver personal uniformado, bien aseado, cabello recogido y con una severa sonrisa por delante. El establecimiento debe estar bien presentado para ser acogedor.
Son aspectos muy sencillos que no demandan de mayor inversión económica. La educación debe ser de todos. Y no es que haya desconocimiento de normas básicas, lo que falta es voluntad para aplicar.
La capacitación la deben proveer los organismos oficiales e inclusive, los gremios turísticos más cercanos. Es un primer paso para ser atractivos. El resto debemos trabajarlo en una mesa común de autoridades, visionarios y empresarios.