Gonzalo Yépez Palma
Desconozco la fecha exacta, ni el gobierno que lo inició, con este modelo de subsidios de productos de consumo básico y masivo. Pero lo cierto es que esta costumbre, adoptada mayormente por gobiernos populistas y socialistas, no es nada conveniente para países como el nuestro.
Las grandes mayorías se enseñan a recibir un subsidio por un producto que es de nuestro consumo, con el supuesto de apoyar la economía de las familias pobres. Claro, a la par, viene el interés demagógico de ganarse al electorado para una posible elección o reelección. Pero llega el momento en que el gobierno ya no soporta más con esa terrible carga, porque ni siquiera tiene para sostener el aparato burocrático y le faltan recursos para la inversión de obras públicas, sociales, salud, educación, etc.
Es cuando el gobierno ve la necesidad de ir eliminando los subsidios, con el consecuente reclamo de la población que se venía beneficiando de ellos. Entonces aparecen los “salvadores del pueblo”, por lo general partidos y movimientos de izquierda que les encanta el protagonismo y pronunciarse abiertamente a favor del pueblo, sin pensar por un instante que este modelo subsidiario en nada favorece al pleno desarrollo de la nación.
Malos los gobiernos/gobernantes que enseñan al pueblo a recibir gratis ciertos productos o servicios. Mala la práctica en entregar migajas a cambio de un voto. Lo que sí debería reforzarse es el apoyo para los sectores plenamente vulnerables, con una selección minuciosa de quienes en verdad necesitan del apoyo gubernamental. Lo que sí debería el gobernante es crear el ambiente necesario para una buena inversión y generar fuentes de trabajo. Lo que sí debería el gobernante es generar políticas de capacitación técnica y tecnológica, entregar herramientas y materia prima para producir y apoyar con modelos efectivos de financiamiento…