Servicio y gratitud 

Gabriel Villalva Cassanello

Gabriel Villalva C.

En el mes de marzo, hace 18 años, inició en la ciudad de Santo Domingo un sueño que tenía la promesa de hacerse realidad. Fundar la Escuela de Filosofía, Cultura y Voluntariado, Nueva Acrópolis, ha sido, sin lugar a dudas, una extraordinaria aventura llena de importantísimos aprendizajes; un camino marcado por el compromiso generoso, desinteresado y altruista de cada uno de los miembros, hombres y mujeres, unidos en nuestra búsqueda de la sabiduría y el anhelo de servicio.

 Los desafíos enfrentados y los obstáculos superados han sido un reflejo de esa búsqueda y trabajo interior. Nueva Acrópolis no es solo una organización, es una familia donde cada uno de nosotros encuentra un espacio para crecer como ser humano, para contribuir al bienestar de la comunidad y para buscar respuestas a las preguntas más profundas de la existencia. 

En este aniversario, reflexionamos sobre el propósito que nos impulsa. Nueva Acrópolis, como escuela de filosofía a la manera clásica, es un faro que ilumina el camino hacia el desarrollo integral del ser humano. Nos esforzamos por fomentar los principios de fraternidad, de la búsqueda sincera de la sabiduría y del desarrollo de esas potencialidades latentes que, cuando están activas, verticalizan al ser humano y lo transforma para bien.  

Hoy, miramos hacia atrás con gratitud por los logros alcanzados y hacia adelante con entusiasmo por los desafíos que aún enfrentaremos. En estos 18 años, hemos sembrado semillas de conocimiento que han germinado en corazones y mentes. Renovamos nuestro compromiso de continuar trabajando para cosechar los frutos de una sociedad más consciente. No hace falta ser Acropolitano para reconocer la necesidad de un mundo nuevo y mejor. Es claro que no todos están llamados a ser parte de una Escuela de Filosofía, pero todos podemos permitirnos un poco más de luz en nuestras vidas, un poco más de amor y un poco más de sabiduría.

Nueva Acrópolis Santo Domingo