El virus del SARS-CoV 2, desnudó las debilidades de los sistemas sanitarios, incluso de los países ricos, el riesgo hacia la población sin importar condición social o económica, es inmenso.
La tendencia a que se presenten nuevos brotes, nuevas cepas o nuevas olas, solo acrecienta el hecho que detrás de ellas, siempre existirán fuertes resacas impredecibles.
Al inicio, fueron los países económicamente más poderosos los más afectados y los menos preparados para afrontar esta crisis, el número de enfermos y muertos en relación al total de su población, así lo demostró. Esto nos enseña que las instituciones políticas y sanitarias, ya no son aptas para el manejo de este tipo de crisis y cada vez es más urge el cambiar el concepto de ministerios de salud que priorizan la atención asistencial, a ministerios de sanidad donde se priorice la prevención, protección y cuidado extra hospitalario.
Los plutócratas extranjeros enquistados en la OMS, OPS y otras organizaciones internacionales ligadas al tema salud, se han tornado en burócratas poco productivos, que también existen en nuestro MSP, donde urge dar paso a profesionales técnicos, científicos, con asesoramiento externo especializado, sin caer en el fanatismo de la “soberanía nacional”.
La pandemia con esas falencias en lo eminentemente técnico, cayó en nuestra patria en forma violenta porque nosotros éramos un caldo de cultivo ideal para que nos cause más daño, amenazados y atacados por el Covid-19, también lo hicieron y es posible que lo sigan haciendo, ese grupo de delincuentes que, en los sobreprecios de medicinas e insumos descubrieron el rostro de miseria que tienen. La inestabilidad económica, con disposiciones sanitarias dadas por políticos y no por médicos es otra falencia de un sistema sanitario en aprietos.
Que se sigue vacunando, es verdad, … y el resto ¿? Aún las colas para recibir atención médica de primer nivel y el implorar medicinas fuera de los hospitales que es lo básico en una atención médica comunitaria, no se ha resuelto en tres o más gobiernos. La terminación de ciertos hospitales y la construcción de otros que son necesarios como el Hospital de Alausí, tampoco se está haciendo.