Sanción a políticos incumplidos

Luis Intriago Luna

Luis Intriago Luna

Una vez más se abre el espacio para las candidaturas seccionales y el ingrediente recurrente es la mentira, la demagogia y el cinismo. El pueblo ingenuo y su buena fe como siempre se hace presente, es obvio frente a las necesidades vitales y primordiales en su desesperación terminan por creer en aquellas ofertas de campaña, demagógicas por cierto que rayan en la perversión.

Conviene develar algunas de aquellas promesas latentes para clarificar el panorama político. El caso del cantón Jipijapa; hace décadas, los diversos alcaldes vienen ofreciendo en campaña el tan ansiado líquido vital y hasta hoy, solo promesas, sus pobladores reciben algo de agua cada 15 días, otros cada sábado; y se atreven a buscar reelección ¡Qué descaro! 

El caso de Santo Domingo de los Tsáchilas, siendo un cantón privilegiado con muchos ríos caudalosos, sin embargo, le suministran agua a cuentagotas, otros nos hacen conocer el caso de la vía Cajones Pupusa del cantón El Carmen, en pésimo estado y la prefectura, solo promesas; hoy por hoy están ocupados en la reelección, por más ruego de sus moradores. 

Los ciudadanos intuyen y reaccionan frente a tanto engaño y abuso de los cínicos de siempre y solicitan a la prensa ayuden a reivindicar su clamor y su pedido, para que éstos “inefables” cumplan al menos las cuatro propuestas más impostergables, entre la lista infinita de ofertas en campaña, caso contrario deberían ser condenados a no menos de 10 años de prisión por incumplimiento de ofertas y no permitir jamás ser nombrados en ningún cargo público.

Se hace necesario apelar a la sana inteligencia del elector, para que haga un análisis frío, de cada uno de los candidatos y votar por el menos malo; habría que analizar su comportamiento y esto involucra a alcaldes, prefectos y concejales, etc. Consultar si antes ha estado involucrado en problemas civiles, deudas impagas, pensiones alimenticias no cubiertas, temas penales; pues existen muchos con grilletes electrónicos y se atreven a decir que son “trofeos y perseguidos políticos”. Hasta que haya un cambio en la mentalidad de los políticos y se llenen de valores y principios humanos. ¡Que Dios nos ampare!

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