Gonzalo Yépez Palma
Hace pocos días, el Banco Central del Ecuador (BCE) publicó la lista de los 10 cantones ecuatorianos que más generan riqueza en el país. Antes aparecía el nuestro, Santo Domingo, pero ha sido relegado por otros cantones, especialmente de la Amazonía, por la producción petrolera. Esto es entendible, pues el petróleo genera el mayor ingreso a las arcas nacionales.
Constan en la lista, además, Quito y Guayaquil, por el alto movimiento comercial, siendo las dos principales metrópolis del país. Sus actividades de turismo, manufactura, industria, alojamiento, salud, etc. impulsan a mantener los primeros lugares.
La pregunta es ¿Qué pasó con Santo Domingo? Nuestro cantón se place de ser productor de ganado bovino, porcino y avícola; así como de piña, yuca, plátano, palmito, palma aceitera, entre otros productos. Pero, elementalmente, nuestra vocación sigue siendo la comercial, porque por nuestras carreteras y mercados se intercambian productos de la Sierra y la Costa.
Pero hay más. Pese a ser el cuarto cantón en población, aquí se produce un fenómeno que siempre lo han señalado y analizado expertos comerciales y urbanistas de la zona. A Santo Domingo llegan grandes empresas comerciales, financieras, agropecuarias, que generan economía, pero su tributación no la realizan en nuestro cantón, sino en las matrices de las mismas, ubicadas generalmente en las grandes ciudades.
Hace unos 6 años, el exalcalde Víctor Manuel Quirola (+) presentó un exhorto a la AME para que esta entidad motive a la Asamblea Nacional para crear una Ley especial que obligue a toda empresa a tributar en el cantón donde genera economía. Del exhorto no ha pasado. A nivel nacional se manejan otros tipos de intereses, perjudicando así a cantones como Santo Domingo.
En definitiva, seguiremos siendo el cantón que genera mucha economía; el cantón corazón de la Patria; el cantón que pasó de ser el patio trasero de Quito a patio trasero de Portoviejo. Mientras no se eliminen esas famosas zonas administrativas y políticas, seguiremos lamentando nuestra postergación en el concierto nacional.