Luis Intriago Luna
Son muchos más los que aman y recuerdan a sus seres queridos, sobre todo en el día designado a los muertos, con genuina pasión, madres y padres aún no se resignan a entender por qué se fue su hijo prematuramente al cementerio; hay hijos que añoran a sus padres que yacen en el más allá y cuántos recuerdos y enseñanzas dejaron como guía para caminar por la vida sin tropiezos.
Hoy quisiera reflexionar, sobre todo con los hijos que por alguna razón recuerdan con sentimientos y sensibilidad que llegan hasta conmover a sus ojos llenándolos de lágrimas, lo cual está bien que expresen el más hermoso de los sentimientos con lágrimas: Pero pienso que después de aquellas lágrimas, debería haber un compromiso con su ser querido, quién está esperando para decirte: hijo mío, acepto tus lágrimas, pero en honor a este amor cristalino que me estás expresando, así mismo imploro, haz conmigo el compromiso de cambiar cualquier mal hábito que hayas cogido y busques el camino correcto a través de mis sanos consejos, por lo que hoy yo podría estar padeciendo y con solo un cambio tuyo podría salir de cualquier tormento, si me amas de verdad, solo tú podrías sacarme de cualquier castigo divino.
En este día de recuerdos sublimes y nostálgicos, verdaderamente no solo debería ser para llevar una flor, visitar la tumba y dejar una lágrima al ser querido, sino también proponer el compromiso de cambio positivo ante el ser que un día quiso que seas el niño y el joven honesto, leal y sin vicios.
Reconcíliate con tú madre, padre, esposo, esposa, hermanos, etc., hazlo con todo tú corazón y seguramente Dios estará escuchando tú promesa y él te bendecirá y tú vida cambiará. Hasta que haya un genuino cambio no solo en el cementerio, sino en la sociedad, que Dios nos ampare.