Karla Estrella Mejía
Según el informe del Latinobarómetro 2023, la democracia de los países de Latinoamérica se encuentra apoyada mayormente por quienes usan redes sociales, pues estas fortalecen el proceso democrático; siendo Whatsapp y Facebook, las redes más utilizadas en la región. Esta situación pone en la palestra pública una forma de democracia denominada deliberativa, y en el contexto de las redes sociales, se podría estar posicionando ideas en cuestión de minutos, y aunque estas no siempre sean fieles a la historia, no dejan de ser formas legítimas de opinión para escuchar y ser escuchados.
Esta forma de democracia, puede resultar muy beneficiosa, pues permite la participación de todos los grupos etarios y sociales, sin embargo, también puede ser muy perjudicial para un país como el nuestro. En Ecuador, hemos tenido que observar grandes injusticias y justificarlas conforme la coyuntura del momento, con tal de sentirnos protegidos por las fuerzas del orden. No es nada nuevo evidenciar posibles “errores” en el uso de la fuerza que ha cegado la vida de inocentes. Es preocupante cómo hemos normalizado la violencia en redes sociales, confundiendo el término “heroísmo” con abuso de poder; permitiendo el secuestro de nuestro sentido de coherencia para llenarnos de venganza y falsas ideas de justicia. Es desde nuestras redes sociales, en donde hemos legitimado una guerra interna que prevé como parte de la contienda, posibles errores que pudieran cobrar la vida de inocentes, y siempre que estos no sean parte de nuestro entorno, los entendemos como tal, errores de cálculo. Cuánta responsabilidad tenemos todos, quienes en algún momento hemos expresado aprobación a la lógica de la ridiculización ejercida a los presuntos delincuentes, que obligados a rugir y a cantar sus vergonzosas canciones, nos deleitan con el hecho de verlos sumidos en la burla. ¿Es que aún creemos que las sociedades se reconstruyen de esta forma? No es tan simple cambiar el curso de la historia, requiere de mucho tiempo y esfuerzo por parte del Estado, pero también, de mucha madurez y responsabilidad por parte de los ciudadanos, y es desde nuestras redes sociales, que podemos aportar mitigando la violencia naturalizada en estos tiempos de desesperanza.