Recordemos a Hipatia

Yveth Romero Padilla

Yveth Romero

La escuela Neoplatónica también era conocida como la escuela Ecléctica de Alejandría, porque se transmitían todo tipo de enseñanzas de Oriente y Occidente. En esta ciudad se dieron cita pensadores y estudiantes en sus aulas y en su famosa biblioteca, que llegó a tener 700.000 volúmenes.

Y fue también Hipatia una discípula formada en los ideales de esta escuela de Filosofía. Nacida alrededor del año 370, creció y se educó en Atenas. Su padre, Teón de Alejandría,  se encargó de brindarle una educación científica y humana muy completa. Cuentan que cuidaba mucho de sí misma,  con una rutina física que la mantenía saludable física y mentalmente. Sus biógrafos hablan de una joven de gran belleza, talentosa y de modales suaves y gentiles.

Hipatia cultivó varias disciplinas: filosofía, matemáticas, astronomía, música… y durante veinte años se dedicó a enseñar todos estos conocimientos, pero, principalmente, al estudio y enseñanza de las matemáticas. Su proceder siempre serena y ecuánime, tolerante, no discriminatorio con sus discípulos ni sus enseñanzas, fueron dando lugar a envidias y odios en la ciudad.

Acusada por el obispo Cirilo, Hipatia de Alejandría fue asesinada en un motín popular alrededor del año 415 (al parecer, torturada, despellejada y quemada). Como filósofa neoplatónica, Hipatia no era contraria al cristianismo, pues tenía discípulos de todas las religiones, y a todos los trataba como “hermanos”.

Hipatia de Alejandría es considerada por muchos la primera mujer científica de la historia. En un tiempo en el que las mujeres no tenían acceso al saber, Hipatia consiguió abrirse camino en la ciencia y llegar a tener un gran reconocimiento público.

Recordamos hoy a esta bella y noble dama, Hipatia de Alejandría, como ejemplo de voluntad, amor e inteligencia.

Nueva Acrópolis Santo Domingo