Populismo, polarización y posverdad

Rogelio Morales Cattani

Naim describe como populistas cínicos y desfachatados, a quienes se han convertido en “Autócratas 3-P”, no solo por ser unos triple hdlgp, sino porque utilizan el populismo – polarización y posverdad. Mecanismos que les permiten no rendir cuentas, buscando siempre canonjías para su “clan” donde el país les importa “tres cantimploras”. Cuando a esta gente se le caen las máscaras, plumas o pelucas, son cobardes y sumisos, porque su mejor arma es la prepotencia y la procacidad practicada desde el poder, por esto, cuando lo pierden, pueden cometer cualquier delito, contra la vida inclusive. No importa quienes, importa el yo, para esto desarrollan luchas clandestinas desestabilizadoras.

Los funcionarios encargados de administrar justicia, irresponsablemente están fallando desde hace rato, nadie está sobre la ley, lastimosamente siendo quienes deben garantizar su cumplimiento, continuamente y con pocas excepciones, se venden al mejor postor. 

Populismo – polarización – posverdad, enturbian las aguas hasta lograr confundir la verdad en base a falsedades, ejercitadas por fanáticos asalariados que lejos de sumar, restan y lejos de multiplicar, dividen, individuos convertidos en agentes dedicados a incrementar el clientelismo político de sus empresas electorales.  

Los rivales políticos ya no son colegas de profesión que tienen ideas diferentes, se han convertido en enemigos en la lucha por “el territorio”, al mismo estilo de las organizaciones delincuenciales que muchas veces los financian. A estos impúdicos, es común oírlos hablar del enemigo externo que lo inventan y el enemigo interno al que lo denigran y ofenden, siempre con el mismo discurso y objetivo, tener influencias en las más altas esferas del poder para enriquecerse ellos y sus familias. Así han dividido la cancha en dos partes, en el un lado se ubica la minoría privilegiada y en el otro permanece el pueblo utilizado, saqueado y traicionado.

La táctica no ha cambiado, se criminaliza la crítica, se enfrenta y judicializa a los rivales políticos, se corrompe a fiscales, jueces y asambleístas, todo para “tratar” de conseguir impunidad o inmunidad que les permitan seguir extorsionando y chantajeando.

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