Peligrosa ilusión

Ruby Mena Melo

Ruby Mena Melo

Desde la creación de las redes sociales estas han sido útiles en varios ámbitos de nuestras vidas, desde la comunicación hasta usarlas como un medio de ingreso. 

No hay que ser un genio para darse cuenta del impacto trascendental que tienen en el mundo contemporáneo. En poco más de una década de existencia, estos espacios virtuales han pasado a ser una excentricidad juvenil y una herramienta útil. Todo está centralizado en páginas digitales, en las cuales a diario podemos compartir nuestra vida.

Solemos ver a personas mostrando viajes, comidas, momentos felices; también están los influencers (influenciadores) quienes, al tener un mayor número de seguidores, llegan a los ojos y oídos de muchas personas de variadas edades, pero no todo es lo que parece.

Si bien las redes sociales tienen un lado positivo, posee varios peligros. La privacidad se ve expuesta, generan deficiencia productiva, nos encontramos en constante vulnerabilidad, entre otros riesgos más. 

Hablando de otro tipo de peligro, está el desgaste mental que puede generar el ver ‘vidas perfectas’. La mayoría de creadores de contenido se dedicarán a subir cosas positivas sobre ellos y su entorno, distribuyendo temas que, para quienes visualizan sus publicaciones, pueden ser agradables.

¿Cuál es el problema con todo esto? La respuesta es sencilla: no es real.

El tipo de contenido publicado y consumido por los usuarios es impactante para la salud mental. Muchas publicaciones refuerzan el narcisismo, el nivel de vida y el consumismo, por lo que han contribuido a una mayor prevalencia de diversos trastornos psiquiátricos, incluidos los síntomas depresivos, la ansiedad y la baja autoestima

Las personas mostramos lo que queremos que los demás vean de nosotros. Modificaremos todo a nuestra conveniencia y se mostrará la mejor versión de la situación.

Es importante poner límites en estos campos, ver más allá de una pantalla. ¿O acaso podemos vivir de ilusiones?

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