Opinión pública

Gonzalo Yépez Palma

Gonzalo Yépez Palma 

Es posible que me digan anticuado, actualízate con la tecnología, sigue la corriente, y otras cosas más. Pero en el mundo periodístico existen muchas circunstancias que nos obligan a quienes ejercemos esta noble misión de informar y orientar a la ciudadanía, a ejercer con mayor responsabilidad nuestra profesión. Una de ellas es lo que nosotros conocemos como opinión pública.

En ocasión anterior me referí, en este mismo medio, al tema de las redes sociales y su influencia (negativa o positiva) ante la opinión pública. De un tiempo a esta parte se ha generalizado el acceder a las redes sociales para informarse de lo que pasa en nuestro entorno y esferas mayores, nacionales e internacionales. Muchas veces damos credibilidad a cualquier dato que se publica y en ocasiones éstos resultan falsos y, lo peor de todo, es que la gran mayoría comparte esos datos o esa información creando falsas expectativas.

La credibilidad de un periodista yo lo comparo mucho con la amistad. La amistad entre dos personas debe perdurar como el amor en la pareja. Así debe ser la credibilidad de un periodista. Y ésta se la gana con el trajinar diario, con una información certera, contrastada ciento por ciento, muy objetiva y sin apasionamientos. Con esta credibilidad se forma una excelente opinión pública. El público tiene herramientas necesarias y suficientes para opinar en base a parámetros creíbles. No tiene lugar a divagaciones, suposiciones y conjeturas falsas de algún hecho. 

Entonces concluyo que por más tecnología que invente el hombre, siempre será necesario conservar los fundamentos principales de la comunicación. Las redes sociales y las nuevas herramientas tecnológicas son bienvenidas, pero en muchas ocasiones han sido mal utilizadas. Por un dato falso o incompleto que se haya publicado existirán muchos criterios desviados de la realidad, se crearán falsos testimonios o malos entendidos y, en definitiva, se afectará a la opinión pública.

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