Nuevas campañas electorales

Rogelio Morales Cattani

Un gobierno legítimo debería ser el resultado de elecciones limpias y transparentes, pierde fuerza cuando es consecuencia de acciones manipuladas y tramposas, alcahueteadas por ciertos funcionarios corruptos enquistados en organismos de control electoral, que muchas veces son los que deciden en nombre de la mayoría. No es un secreto las sospechas de fraudes electorales y por eso los reclamos luego de cada elección, abundan. No es ficción como “le hicieron agua lodo” a un empresario al que le “pitaron fuera de juego” en una elección presidencial. A otros les “apagaron las luces del estadio” mientras les goleaban y ahora son aliados. A algunos, en “el VAR” o en el reconteo, también les marginaron y “otritos” ya son perdedores desde el camerino. Los antecedentes sobran.

La próxima contienda electoral, a más de elegir autoridades seccionales, también debería medir las tendencias del electorado, pero existe el riesgo que árbitros parcializados, favorezcan a los supuestamente “ganadores” para que estos (los mismos de siempre) exhiban estos resultados como justificativo para seguir en el reencuentro, “conversando”, “pactando” y enriqueciéndose. 

Quienes con fanatismo y desesperación buscan un cargo de elección popular, en campaña electoral suelen mostrarse mansos y serviciales, luego se transforman en “autócratas” de comportamiento camaleónico, alérgicos a la alternabilidad, cínicos y arbitrarios que viven en un mundo de instinto y fantasía, donde la polarización, extorsión y manipulación de la verdad fermentan. 

En los últimos años, así como la tecnología les ha ayudado, cuando esta ha sido utilizada en investigaciones periodísticas, también ha conseguido desenmascarar acciones delincuenciales, en una sociedad donde existe un periodista detrás de cada teléfono celular y muchos hipócritas han quedado al descubierto. Rochefocauld escribió: “la hipocresía es un homenaje que el vicio rinde a la virtud”.

¡Cuidado! El engaño pre y post electoral es el arma con la que atacan los autócratas, de derecha o izquierda que tienen en común ser unos mentirosos, que fingen ser demócratas honestos y viven de ofrecimientos y posverdades, tratando de seguir confundiendo y engañando a la población y lastimosamente, muchas veces lo logran.

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