Geomara Rodríguez de la O
Es mi deber instar a la comunidad política a unirse y enfrentar las próximas elecciones con determinación y cohesión frente a un partido codicioso. Es esencial dejar de lado las diferencias partidistas y unir fuerzas para proteger los valores y principios fundamentales que sustentan nuestra sociedad.
No voy a referirme de manera general a la izquierda, pues, sería un grave error, porque solo es un partido que ha mostrado su afan malicioso de hacerse del poder de manera totalitaria y que busca socavar los pilares de nuestra democracia, promoviendo un discurso polarizador y una agenda que amenaza la estabilidad política y social, y que todos sabemos cuál es.
La primera tarea es establecer un diálogo constructivo y respetuoso entre todas las fuerzas políticas que comparten los valores democráticos. Se debe dejar de lado las diferencias ideológicas y enfocarse en los puntos que permitan unirnos y enfrentar el desafío de manera estratégica.
Además, es crucial mantener una comunicación efectiva con los ciudadanos, explicando claramente las consecuencias negativas de las políticas propuestas por esta corriente y presentando alternativas viables basadas en la justicia social, la equidad y el desarrollo sostenible.
La comunidad política debe movilizarse para fortalecer la participación ciudadana y promover una cultura política comprometida con el bienestar colectivo. Es fundamental trabajar en conjunto para empoderar a los ciudadanos, fomentar la educación cívica y promover la transparencia en la toma de decisiones políticas. La unidad en este objetivo permitirá contrarrestar los intentos de manipulación y desinformación que caracterizan al correísmo.
Es importante reconocer que la unidad no implica la supresión de las voces y perspectivas divergentes, sino más bien la capacidad de encontrar un terreno común que nos permita avanzar juntos hacia un futuro mejor.
Solo a través de la unidad, la colaboración estratégica y el fortalecimiento de la participación ciudadana podremos proteger y fortalecer nuestra democracia. Es momento de actuar con determinación y responsabilidad, priorizando el bienestar colectivo sobre los intereses individuales. Juntos, podemos enfrentar los desafíos que se avecinan y construir una sociedad más justa, equitativa y próspera para todos.