Montañismo mágico

José Fabián Mosquera

José Fabián Mosquera

Una caminata, una aventura por la montaña, en naturaleza, siempre llevará el sello innegable de la filosofía vivencial, que muestra sus atributos y belleza, solamente a quienes recorren el sendero; no se puede explicar, transmitir, o comprender sin experimentarla, y no puede contemplarse sin ver sus símbolos, orden, y misteriosa armonía.

Dar un “like” a una publicación, nunca permitirá percibir el clima, apreciar los sonidos, familiarizarse con los aromas, sentir la pureza; una opinión o una cátedra sobre montaña, nunca podrá representar lo que un minuto de silencio, ante la gran madre naturaleza, puede decirle al alma. 

La montaña enseña sin decir una palabra, con su existencia, enseña valores, fortaleza, constancia, a caminar ligero y sin apuro, llevar lo necesario y ser recursivo, tener ritmo, que la cima es la mitad del camino, a ser prudente y humilde, la pequeñez de problemas que creamos, la importancia de estar sanos en acción.

Permite descubrir que tu energía y capacidades van más allá de lo que pensabas, que tu potencial es enorme, que el dolor o cansancio, son pruebas y evidencia que no son tus límites, y te desconecta de ellos, desarrolla tu intuición y te muestra tu verdadero ser, el ser humano que se identifica y es uno con otros seres, que no necesitan palabras o razones humanas, sino solo su intuición. 

La montaña es mágica, porque te transforma, te convierte en alguien libre, desarrolla y pule tu carácter, ubica a tu ser, cuerpo, energías, emociones y mente en la realidad, eleva tu conciencia, te muestra lo esencial, que lo que parece difícil, con un poco de práctica se vuelve natural. Y si estás atento y la valoras, permite que reconozcas en ella a una maestra, que guía a tu alma en su evolución.