Microracismos

Anita Caicedo

Muchas personas negras sufren a diario microagresiones raciales, microracismos la mayoría de las veces no lo comentan con nadie por el miedo a ser consideradas unas exageradas, o ser acusados de victimistas.

Quien no es una persona racializada es reacio a entender este término y suele quitar importancia a este tipo de agresiones, que incluso pueden ser involuntarias. Las microagresiones son “micro” porque casi siempre ocurren en situaciones comunes y privadas, pero sus efectos a menudo nos impactan de forma severa y peligrosa.

Con el tiempo, ser el receptor de estos ataques cotidianos (pero casi siempre invisibles) puede llevar a la depresión, el aislamiento social y la baja autoestima. debido a los condicionamientos de los perpetradores de estas situaciones.

En la mayoría de las ocasiones la víctima está demasiado conmocionada para decir algo en el momento de recibir la microagresión. Pero tenemos que tener en cuenta que, si permitimos que estos pequeños incidentes sigan sucediendo, estamos permitiendo que el racismo, en general, permanezca como parte de nuestra cultura.

Tenemos que hacer un esfuerzo para enfrentarlo. Los ejemplos más comunes y quizás más burdos son el uso de epítetos raciales como insultos, lenguaje despectivo, o símbolos fascistas, burlarse de otro idioma, contar chistes racistas, o tratar de no atender a un usuario de otro Pueblo o nacionalidad. Por ejemplo, algo que les sucede a las mujeres negras en general y en particular. Es muy común la expresión “eres negrita, pero guapa” “eres diferente al resto de negritas y/o negritos” Un insulto camuflado en un elogio que alude a la negación histórica de la belleza de la negritud.

La negación de que vivimos en una sociedad racista es otra microagresión. En el fondo cuando alguien alude que no ve las diferencias está negando nuestro sufrimiento. Es como cuando un hombre dice que no hay machismo. En el fondo te están diciendo: “no seas tan pesada, ves en todo racismo”. ¿Pero cómo nos enfrentamos a estos microracismos?, si casi siempre acabamos silenciados y aturdidos por las microagresiones.

¿Hay formas positivas de empoderarse frente a ellas? Si, y es reconocer y mostrar que te molesta, te duele o te enfada pues el silencio solo juega en nuestra contra.

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