Lasso está caído 

Marcelo Rivera

Marcelo Rivera T.   

Inicia la cuenta regresiva para que la Asamblea Nacional decida la suerte del Presidente de la República Guillermo Lasso; es una semana decisiva, deberá comparecer ante los legisladores para presentar sus descargos, responder a las imputaciones formuladas y una vez concluido el debate, los asambleístas deberán convocarse para votar.  

Más allá de los 92 votos que se requieren para la destitución del primer mandatario, la realidad muestra un altísimo nivel de desaprobación a su gestión, la cual llega al 84,72%; mientras que el 63% de la población apoya el juicio político; según una prestigiosa encuestadora, los ecuatorianos consideran que después de la inseguridad el segundo problema más grave es el propio Guillermo Lasso, en suma, es un presidente clínicamente muerto. 

Lasso es un presidente huérfano de respaldo legislativo, con 88 votos se aprobó la continuación del juicio político, para salvarse recurre a las más burdas maniobras y compra de conciencias; mediante el ofrecimiento de cargos públicos, ministerios y direcciones provinciales ha logrado resquebrajar a ciertas bancadas, sin embargo, no cuenta con un bloque consolidado que le permita continuar sin problemas en el cargo. 

Es un mandatario sin mando, en la última convocatoria a los integrantes del Comando Conjunto de la Fuerzas Armadas se quedó sin quórum, varios generales no asistieron a su llamado, existen contradicciones en la cúpula militar, y muy pocas probabilidades de que su autoridad mejore.         

En la marcha del primero de mayo, más de 100 mil personas movilizadas en cerca de 50 ciudades del país, se unificaron alrededor de un solo grito, que refleja el sentir de una inmensa mayoría: ¡Fuera Lasso Ya!  

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