Para alcanzar un desarrollo integral, es primordial garantizar una vida sana y saludable, sin embargo, nuestro país está lejos de alcanzar esto. El Sistema de Salud Pública está en terapia intensiva, sufre de graves problemas tanto en su institucionalidad como en su funcionalidad (incluye el IESS), por falta de atención del Estado, que al parecer no le interesa.
Enfermarse en estos tiempos, no es un buen negocio. Ningún centro de salud cuenta con medicina. Para agendar una cita en el IESS, casi se demora lo mismo que programar una cita para renovar la licencia en la ANT, en ciertos hospitales no tienen ni alcohol, ni equipo de sutura y cuando al fin consigues una cita te mandan hacer exámenes fuera y posteriormente la medicina escrita para comprar en farmacia, y así nuestra gente se muere día a día, no por las enfermedades sino por la deficiencia de atención en el sistema de salud pública.
Sumado a todo esto, existe poco o nada de avance en la adopción de nuevas tecnologías para el Sistema de Salud Pública, más bien, se ha retirado ciertos instrumentos que te permitían programar de manera automática y con rapidez la atención médica a la ciudadanía.
En muchas ocasiones le ha tocado asumir ciertos temas en salud al Gobierno local, siendo una competencia del Gobierno central, como fue el caso de la Pandemia (médicos, pruebas rápidas, etc).
Es urgente que el Gobierno central se ocupe prioritariamente, y de forma inmediata del financiamiento del sistema de Salud Pública, en pagar la deuda con el IESS, de establecer política pública para la atención en salud, de implementar nuevas tecnologías para enfrentar las nuevas enfermedades.
La salud de los ecuatorianos no es un juego y requiere de atención inmediata y prioritaria.