Rogelio Morales Cattani
Existen depredadores que se muestran inofensivos cuando se acercan fingidamente a la presa a la que la quieren destrozar. El dicho popular: “lobo con piel de oveja” sintetiza este tipo de comportamientos que, por lo demás, con algunas variaciones, también lo tienen políticos y empresarios deshonestos.
Otros animales tienen características muy especiales que han sido correctamente estudiadas. Los buitres y otras aves carroñeras, por ejemplo, se aprovechan de todo, hasta de los muertos, y eso ha sucedido varias veces en la historia de nuestra patria.
El terremoto del sábado 16 de abril de 2016, que afectó en forma más grave a poblaciones del sur de la provincia de Esmeraldas y a la provincia de Manabí, fue un desastre natural impredecible que lesionó a toda la patria, inmersa en un gran dolor y destrucciones materiales hasta ahora irreparables. En esas condiciones, sobre los cadáveres y los escombros, muchos irresponsables hicieron negocios y fortunas que no terminan de ser investigadas por los estamentos de justicia.
Se hace difícil tratar de comprender el comportamiento carroñero de políticos y empresarios que se aprovecharon de la crisis y ahora, algunos de ellos, desde otras posiciones, aspiran a una inmunidad que sería una afrenta para todos los damnificados y sobrevivientes.
Existe una mayoría de gente honesta y una juventud que está combatiendo la corrupción desde redes sociales, muchos ya se han puesto a meditar de dónde sale tanta opulencia de políticos otrora chiros/ras que ahora viven en condiciones opuestas a lo que declaran en sus ingresos, (esto cuando los declaran). Detrás de todo esto existe ‘gato o gatos encerrados’, y si queremos ser más exquisitos con el idioma de Cervantes, bien podríamos decir que en Ecuador existen ‘felino o felinos en cautiverio’.
La paciencia de la gente tiene un tope y la reacción popular no tardará en aparecer; ojalá pronto, del comentario se pase a la acción de rechazo a tanto corrupto con careta de honesto.