Diana Luzuriaga Vera
Cada día despertamos con noticias sobre la corrupción, delincuencia, el crimen organizado, el narcotráfico, entre otras cosas. Estos temas nos estresan, nos provocan ira, depresión, decepción y temor, sentimientos que nos generan hábitos nocivos y no desconectan de nuestros objetivos y anhelos personales.
Es muy lógico sentirnos así, pero más allá de comprenderlo, quiero invitarlos a replantearnos la forma en la que afrontamos estas situaciones. Saber aceptar el flujo constante de la vida, lo efímero y los cambios que suceden en ella, nos permite avanzar.
¿Sabías que Steve Jobs basó su gran modelo empresarial, Apple, en la filosofía del Zen? empezaré por decirles en qué consiste. La palabra zen proviene de la abreviación de zenna, palabra china que significa meditación. Se trata de un modo de vivir basado en el autoconocimiento, y la calma.
Para el Zen, lo bueno que tiene cada día no lo determina las cosas que pasan o las personas que están a nuestro alrededor, sino nuestra propia idea de ello. Tenemos la capacidad de decidir cómo nos sentimos. Cada día es único, si somos conscientes de que no volverá a repetirse, lo tomaremos con más respeto y cuidaremos mejor sus horas; esto se llama plena atención del presente.
Debemos centrar la energía en aquello que nos alimente el alma y nos conduzca hacía las metas, como si fuera lo más importante del mundo. Hacer con pasión lo que nos guste, evitar las distracciones superfluas y buscar la excelencia integral para nuestra vida, entendiendo que la economía debe estar al servicio del ser humano y su felicidad, y no al contrario. “Los que no prestan atención a los pasos que dan son incapaces de conocerse a sí mismos, e incapaces de saber hacia dónde se encamina su vida”. Extracto del libro El arte de vivir con sencillez de Shunmyo Masuno. No dejes que el ruido del exterior espante tus sueños.