Estado y hampa política 

​Orlando Amores Terán 

Orlando Amores Terán 

El Estado es un concepto político, referido a una organización burocrática, pública que cuenta con atribuciones y órganos que conforman el gobierno de una Nación.

Por tanto, el Estado, no somos nosotros, los ecuatorianos. Son las instituciones y la burocracia pública que se sostiene con la sustracción de nuestros ahorros, a través de 68 extorsiones, denominadas «impuestos».

Por ello, las empresas públicas generalmente son ineficientes, porque no hay un propietario que pierda el dinero invertido, y responda por el mal manejo de la empresa.  

Si la empresa pública pierde, perdemos todos los contribuyentes asociados al Estado y ningún burócrata se obliga por el costo de responsabilidad que comporta esa pérdida. Ahí surge el hampa política, que la conforman quienes se benefician y prosperan de los «negocios» con los bienes de la Nación ecuatoriana, sin asumir responsabilidad por sus pérdidas. 

El modo de eliminar al hampa política, es dejar que el sector privado, en un ambiente de libre competencia, otorgue bienes y servicios al menor costo y de la manera más eficiente, de acuerdo al valor del mercado.

La intervención del Estado en el otorgamiento de bienes y servicios que los puede realizar el sector privado, de manera más eficiente, al costo del mercado libre, es corrupción, porque nosotros, la Nación ecuatoriana, admitimos y toleramos la organización estatal, para lograr seguridad y justicia, no para que haga obras y peor «negocios» con los recursos de la Nación. 

La diferencia entre un Estado eficiente, responsable, eficaz y un Estado corrupto e inepto, radica en la doctrina que rige todos sus actos y a todos sus actores, la misma que depende de los valores morales, cívicos, patrióticos, históricos, culturales, religiosos y éticos de los que esté imbuida.

Sin doctrina ética, cívica y patriótica, no hay Estado; solo hampa política. 

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