El diálogo y los consensos deben ser la prioridad para el gobierno y los diferentes actores de la democracia, es el momento de pensar en el futuro del Ecuador, en torno a una idea central: la construcción de una sociedad transparente, una sociedad que busque reconstruirse a partir de un sinceramiento profundo en todos los aspectos desde el modo de relacionarse sin los hábitos cotidianos de la corrupción, un sistema jurídico-político que le de gobernabilidad, y la aplicación de derechos y obligaciones en las relaciones del Estado con los ciudadanos.
La transparencia, en síntesis, es un camino hacia la gobernabilidad cabe señalar que actualmente el Banco Mundial ha ratificado su apoyo técnico y financiero a Ecuador, donde observa un clima de estabilidad para reactivar la economía nacional, tras los efectos nocivos de la pandemia del coronavirus, estas declaraciones hechas por el organismo Internacional, generan que el país sea visto con buenos ojos por la inversión extranjera.
Por lo que, es importante que las organizaciones indígenas logren llegar a consensos y acuerdos con el gobierno ya que sobre la base de las últimas convocatorias a marchas y paralizaciones las mismas no tuvieron la acogida esperada por sus dirigentes, ¿acaso no se dan cuenta que todos los ecuatorianos estamos interesados en trabajar y producir considerando la grave crisis sanitaria que ha enfrentado el mundo?
Es histórica la lucha que han mantenido estas comunidades por lograr sus derechos, pero la inestabilidad política solo genera inestabilidad económica la misma que afecta a todos los ecuatorianos, es legítimo el deseo de lograr mejores condiciones de vida para sus comunidades, pero ese deseo no debe sobrepasar las necesidades que tiene un país de trabajar y producir después de haber enfrentado y seguir enfrentando una batalla que debería ser la bandera de todos, como es la lucha contra la corrupción que después del Covid – 19, es la pandemia más difícil con la que el Ecuador, debe batallar día a día.