Esta guerra exige

Karla Estrella Mejía

Karla Estrella Mejía 

Circulan en redes sociales imágenes de las fuerzas del orden intentando recuperar el control del país; nuestro hogar, el que vio nacer a la mayoría de ecuatorianos, y el que se anhela libre y seguro para nuestros hijos. No hay duda, la gran mayoría ha aceptado las medidas tomadas por el presidente, luchar contra las maquinarias delictivas exige mucho. La discusión en los espacios públicos no cesa; el alza de impuestos, la reducción de subsidios, dejar de ser extractivos y pasar a ser productivos, encontrarnos nuevamente en democracia en la consulta popular; son varios los temas urgentes que ofrecen dar un norte a nuestra lucha inmediata. Ya no se trata de partidos políticos, las ideologías quedaron cortas, la política evoluciona, como evoluciona el ciudadano; y es que lo que pide la gente es poder trabajar y salir del estado de zozobra. Se resume una misión principal para el gobierno, recuperar la seguridad de todos.

La misión va dejando aprendizajes, los intentos por educar a los delincuentes, entre golpes y lecciones de civismo, van marcando el ritmo del asunto, pero ¿qué hay con los menores implicados? No son más que niños haciendo el mal desmesuradamente, vengándose de la vida que han tenido que soportar por haber nacido cercanos al peligro, a la maldad, al desamor; abusados en su infancia, abusadores en su adolescencia, máquinas del mal en su adultez.

Es evidente su peligrosidad, no justificamos sus actos, pero, ¿Cómo salvamos al niño de brazos que corea las canciones de las bandas? Esta guerra nos deja más dudas que certezas, más culpa que libertad, más tristeza que paz; cuán necesario es recuperarlos. No se trata de esconderlos, se trata de transformarlos, ¿misión imposible?  No lo es. Que cueste tiempo y esfuerzos, nadie lo niega. Quizá no hemos aprendido del pasado, una guerra se gana conociendo al enemigo, y este enemigo hace base en la miseria social, la carencia de oportunidades, la falta de amor, y un estado ausente para los más desposeídos.  

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