Luis Intriago Luna
Ilusa y demagógica afirmación del presidente de la República Guillermo Lasso, la sola afirmación causa hilaridad y a la vez reproche de aquellos que obramos con rectitud y coherencia; justifico el hecho de tal afirmación probablemente en su desesperación por las circunstancias del momento que rodearon los hechos más escalofriantes y comprometedores, dado a que aquel femicidio se cometió en un recinto policial y que presuntamente fue cometido por un alto oficial policial.
No obstante repulsa a la sana conciencia ciudadana quienes jamás aceptarían un no por respuesta, pero con soluciones prácticas y realistas como, por ejemplo, una sólida educación en valores a ambos géneros, ingresar a los hogares con sólidos conocimientos hacia los progenitores a efectos de conducir bien a los hijos, habida cuenta que son ellos los responsables de una buena crianza de los hijos.
Ilusa idea de querer erradicar la violencia de género creando un Ministerio, coordinar acciones con los gobiernos parroquiales, que propondrán casas de acogida; dichas medidas superfluas ya no sirven cuando se ha cometido el femicidio !Por Dios¡ Lo que el pueblo aspira es que no haya más femicidios, ni asesinatos y esto se consigue con medidas preventivas, es decir, educando en valores, enseñando desde la cuna que a la mujer jamás se la agrede y desde niño se le enseña rigurosamente a que ningún derecho le asiste agredir a nadie.
Crear la Secretaría o el Ministerio para ayudar a las mujeres reforzar sus derechos o denunciar los abusos de padres y cónyuges, correcto; lo cual son medidas parches. Pero la preocupación ciudadana es cómo evitar las muertes con violencia; escuche señor Presidente, busque asesoramiento de los que saben, el pueblo tiene la respuesta no cuatro burócratas de cuello dorado que jamás han pisado los problemas reales que viven los hogares más humildes.
Les recuerdo que, habiendo crisis de valores en los hogares, existe crisis de valores en la sociedad y existe una pandemia de crisis en los políticos, si no descubrimos el antídoto, nos deslizamos con lodo y todo como la avalancha de la Mena, en Quito. Ante tanta demagogia y negligencia de los poderes del Estado. Que Dios nos ayude.