Entre rimas y realidades

Lenin Sánchez Espinosa 

Lenin Sánchez Espinosa

El atropello con el que están siendo tratados los grupos de atención prioritaria para el Estado es de lamentar, ¿por qué lo digo?, vemos constantemente a nuestros adultos mayores, personas con discapacidad, personas con doble vulnerabilidad y a representantes de niños, niñas y adolescentes en las calles, muchas veces en platones o gritando a fin de que sus derechos sean respetados por cuanto los mismos han sido vapuleados.

Y por supuesto hay que aceptar que existe una flagrante vulneración de derechos, entonces, antes estos hechos, hay que decir ya basta; y lo más triste es que estos acontecimientos se dan cuando existe falta de diligencia de muchos servidores públicos en todo nivel de gobierno, puesto que, a cambio de un servicio, la mayoría de veces se recibe groserías, agravios y, en el mejor de los casos, nunca se les encuentra en el puesto. Es de conocimiento público que la gran mayoría de servidores públicos ingresan a las ocho de la mañana, pero están recién desayunando a las nueve, cuando en realidad ya a esa hora deben estar trabajando, obvio por algo tienen una remuneración que significa su manutención.

¿A quién no le ha pasado que va a requerir el servicio en un centro de salud, cómo les han tratado? Pésimo, ¡verdad!; cuántos niños o maestros han sido objetos de algún tipo de violencia, ¡muchos! Ocasionalmente se puede solucionar este impase cuando se encuentra a las autoridades, ya que muchas se encuentran en “territorio”, ¿buscando qué? No sé, puede ser lo que no se les ha perdido, dejando a los usuarios en el olvido.

Por lo que más quieran, aquellas personas que brindan un servicio público, háganlo con calidad, con prontitud, con diligencia, ya que las personas que acuden a una institución es porque necesitan de la ayuda de ustedes, van en busca de ayuda y ustedes tiene la obligación de servir, por eso se llama servicio público, salgan del anonimato, dejen de desaparecerse, devenguen el sueldo que pagamos los ecuatorianos con nuestros impuestos, Ecuador también son ustedes, pongan las manos y zafen las redes de la ineptitud; y, por favor háganlo con prontitud.

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