Donde habita la oportunidad

Emily Torres Larriva

Emily Torres Larriva

Está comprobado, la adversidad es aquella oportunidad de crecimiento y reflexión, tengo presente siempre la frase mi padre “la carencia es una gran herencia”, y es que, suena contradictorio, pero a lo largo de la historia podemos ver que grandes hombres han alcanzado cumplir sus sueños gracias a la lucha insaciable de los obstáculos presentados. Para quienes el camino es rocoso, para quienes lo incansable es posible, para quienes no hay límites, sin duda el futuro está controlado.

En nuestros días, la vida se presenta con herramientas y medios que han facilitado las relaciones humanas, la comunicación, el estudio, la formación y el estilo de vida; sin embargo, nos convertimos en seres humanos de lo fácil, de lo rápido, de lo cómodo; podemos ver que la pobreza está en auge, y me refiero a esta pobreza mental, con mucho no tenemos nada, con tanto nos deprimimos, siempre queremos más.

Y esta conciencia honesta que hace falta para aprovechar la época en la que vivimos, quienes no estudian, no aprenden es porque no desean; quienes no se instruyen, no se auto educan es porque prefieren una pantalla abarrotada de información basura que es el reflejo de nuestra sociedad.

Nuestros niños y jóvenes se pueden conectar con cualquier país del mundo gracias al internet, pueden llegar a lugares antes inalcanzables, las plataformas digitales nos permiten transportarnos a culturas lejanas, palpar fauna no vista, conocer bibliotecas en segundos.

Al final del día evaluemos cómo estamos manejando estos instrumentales, qué estamos buscando, qué nos gusta ver, cómo “matamos el tiempo” que es esa fuente inagotable de oportunidades.

Que cada una de las adversidades que debemos trazar a lo largo de la vida nos permitan ver esas oportunidades escondidas, nos permitan delinear un mejor futuro próspero.

  Como dice Hugh Miller: “Los problemas son sólo oportunidades con espinas”.

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