¿Desestabilización o incapacidad?

Geomara Rodríguez De la O

Geomara Rodríguez De la O

Un gobierno puede atravesar crisis debido a una falta de capacidad política para gobernar eficazmente y cumplir con las demandas y necesidades de la población. Esto puede deberse a la falta de experiencia en liderazgo, a políticas ineficaces o impopulares, a problemas económicos o sociales, o a una combinación de estos factores. 

También es posible que estas crisis sean debido a la existencia de grupos golpistas o políticos que buscan desestabilizar el gobierno y tomar el poder por medios no democráticos. Sin embargo, las acusaciones de «grupos golpistas» a menudo se usan como excusa para justificar medidas autoritarias, la falta de toma de decisiones y/o la represión de la oposición política

En Ecuador esta variedad de factores está presente en los distintos poderes del Estado, por lo tanto, es difícil señalar una sola causa como la única responsable, ya que son factores complejos y a la vez interconectados. 

Los resultados de las elecciones seccionales nos dejan un nuevo escenario, que supera la lucha entre la derecha e izquierda; el anti-correísmo ya no es suficiente para ganar elecciones, y para quienes viven políticamente de la reputación de Correa, no será suficiente para gobernar. 

Por lo tanto, es importante tener en cuenta que la política en Ecuador es compleja y se desarrolla en un contexto único, con factores económicos, sociales y culturales específicos que influyen en la forma en que los votantes eligen a sus líderes y representantes. En resumen, mientras que el resultado de las últimas elecciones podría interpretarse como un indicio del regreso de la izquierda al país, es importante recordar que la política es mucho más compleja que una simple dicotomía izquierda-derecha.

Finalmente, la situación actual del país es gracias a la convergencia agravada de dos factores, la incapacidad de los partidos y del gobierno de generar una agenda común que les permita trabajar juntos para lograr avances importantes para el país; y no darse cuenta de que esa actitud les termina convirtiendo a sí mismos en esas “mafias desestabilizadoras” que operan en contra del poder del otro. Mientras tanto, el pueblo “sufrido y aguantador” seguirá pagando el precio.

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