Cierre del ciclo 

Yveth Romero Padilla

Yveth Romero P.

Cercanos a terminar el año, deberíamos reflexionar sobre el sentido de este ‘lapso de tiempo’ que, inconscientemente, se abre y se cierra cada 365 días. Y digo inconscientemente porque, al sonar la última campanada de la media noche y recibir el Año Nuevo, queda una sensación de temor por el futuro, una sensación de frustración porque, año a año, va quedando “algo” sin hacer, no se logran cumplir las metas. 

Tal vez este sentimiento de frustración, de abatimiento que viene luego del festejo, los juegos pirotécnicos, los abrazos y buenos deseos, se deba a que no se ha tomado conciencia de lo que realmente está sucediendo con nuestra vida. Centrados en la cena, en las doce uvas, en quemar el muñeco, en fin…, como cada fin de año, siempre lo mismo, por hábito, inconscientes, casi casi en automático. 

Yo les quiero invitar a que este cierre de año sea un ritual de esperanza, conscientemente ordenado, conscientemente planificado. Cerrar el ciclo de manera consciente implica una revisión del pasado, pero no con el afán de culpa, sino más bien de concientizar los errores cometidos y encontrar la solución de manera inteligente, sin caer en la frustración. Pero, sobre todo, siendo lo más honestos posibles con nosotros mismos. Importante es reconocer los logros, los éxitos alcanzados, y que estos sean la inspiración para los nuevos peldaños a subir. No todo puede ser malo; con seguridad encontraremos pequeñas metas logradas, y será lo mejor del año que termina la ofrenda al fuego que quema el muñeco. 

Y luego, para el nuevo ciclo, proponiéndonos metas que sean realizables  y paso a paso cumplir lo planificado de manera inteligente, sin dejarse llevar por la fantasía. Cerremos el ciclo, cerremos el año, para que podamos planificar de manera consciente el inicio de un nuevo ciclo.

Nueva Acrópolis Santo Domingo