De un tiempo a esta parte, ciertos periodistas y otros que dicen serlo y no lo son, han iniciado una sospechosa como irresponsable cadena de ataques verbales tratando de desprestigiar a las FFAA, gente que no tienen el propósito de informar sino de confundir y ayudar a sembrar el caos. Agredir a una de las instituciones con la mayor reserva moral y más alta credibilidad, no es coincidencia y bien podría ser parte de un plan orquestado por los mismos de siempre.
Es necesario recordar solo algunas de las últimas actuaciones de FFAA. La defensa de la heredad territorial es la principal. La solidaridad demostrada durante el terremoto del 2016 donde se hizo inmediata presencia, permanencia y se garantizó la seguridad en los sitios del desastre. El levantamiento de cadáveres y la sepultura de los mismos en la ciudad de Guayaquil cuando la pandemia por Covid-19 atacó en forma muy grave y cuando ni las autoridades nacionales de salud y tampoco las seccionales, tenían los recursos, logística, personal y tampoco sabían cómo hacerlo. Ahora mismo, el tema de Vacunación contra el Covid-19, no hubiese tenido el éxito que está logrando, sin el apoyo logístico y seguridad que brinda FFAA en todo el territorio nacional.
Ahora, ciertos “charlatanes” ignorantes en el tema de seguridad, con una alarmante “diarrea verbal”, critican a FFAA por no hacer presencia en las cárceles, olvidándose o desconociendo que existe una constitución y leyes que impiden este accionar. Indudablemente escuchamos y seguiremos escuchando a “charlatanes” que manejan un doble discurso y aparentemente un doble interés.
Me pregunto, porqué ciertos periodistas no lideran un movimiento para que se cambien leyes absurdas y que FFAA cuenten con el marco jurídico que les permita poder actuar y así prevenir que existan militares enjuiciados por los mismos grupos de poder a los que aparentemente también pertenecen ciertos periodistas. Un micrófono usado de manera irresponsable, es más peligroso que decenas de granadas sueltas, se debería opinar de lo que se conoce, no de lo que se ignora.