El total de la deuda pública en el país para el año 2020, correspondía a un 71% en deuda externa y un 29% en deuda interna(Suarez,E.,2021). Para enero de este año Ecuador tendría una deuda agregada de USD 73.206,3 millones, lo que equivaldría a USD 4.180 que le correspondería pagar a cada ecuatoriano(Fuente: El Comercio), es decir una deuda que pasaría por generación. Con este tema surgen varias preguntas, como: ¿Ha valido la pena el endeudamiento? ¿Por qué la mayor parte de la deuda es del exterior? ¿Este dinero ha sido bien administrado? ¿Quiénes lo han administrado?¿Se han evidenciado avances?
Las malas negociaciones y decisiones se han visto reflejadas, la mayoría acusadas por escándalos de corrupción. Por nombrar algunos acontecimientos como: el caso Odebrecht, obras sin concluir con respecto a la salud, viviendas. Tal es el caso de Pedernales que a 6 años del terremoto de 2016, continúa con un hospital sin terminar (Mella, C., 2022), suscitando un caso. Hoy en día existen varias denuncias que aún siguen en investigación. La corrupción se define como el acto de corromperse. “La corrupción es criminal e inmoral, y representa la máxima traición a la confianza pública”(António Guterres).De las palabras de mi padre:“La política es el arte de gobernar, quien miente, engaña, roba y manipula no está haciendo política sino politiquería, y los ciudadanos merecemos respeto”.
Como respuesta a los actos de corrupción la CNA fue creada en la movilización social para investigar estos casos. Presidida por ciudadanos ejemplares como Julio César Trujillo(+) quién en una ocasión fue discriminado por su edad por una ex asambleísta cómplice de la corrupción, a quien respondió: “Podrán decirme viejo de 85 años, pero no ladrón”(Ayala y Ávila, 2019). La corrupción nace de la falta de valores, compromiso y egoísmo con el prójimo. Es hora de decir ¡Basta ya a los corruptos! y a los ciudadanos valientes y honestos gracias por hacer de este mundo mejor.