Basta una mujer

Geomara Rodríguez De la O

Geomara Rodríguez de la O

La historia está en deuda con las mujeres, pero nosotras podemos contar nuestra historia y, sobre todo, escribirla.

Recordar la valentía de Martina Carrillo quién se reveló contra la esclavitud, promovió la fuga de la Hacienda la Concepción y por lo tanto fue la precursora de los derechos afroecuatorianos; Juana Miranda, matrona, primera profesora universitaria y fundadora de la maternidad de Quito; Marietta de Veintimilla la mujer con mayor poder en la historia del Ecuador al tener dirección del Gobierno y mando de tropas militares en 1986, pero además, escritora, política, urbanista y feminista; Matilde Hidalgo de Procel la primera mujer en graduarse de la secundaria, tener grado universitario y primera mujer en América Latina en sufragar; Hermelinda Urbina primera mujer piloto del Ecuador y de sudamérica; Tránsito Amaguaña líder que luchó por los derechos indígenas, creó organizaciones para luchar por derechos laborales,  creó sindicatos agrícolas y fundó escuelas en zonas rurales; Neisi Dajomes primera mujer ganadora de una medalla olímpica de oro para Ecuador.

Todas ellas y muchas que no menciono, con su valentía, lucha y sacrificio, han abierto el camino para otras, y eso nos hace corresponsables del futuro. Porque basta una mujer que se atreva, para darnos cuenta que no estamos solas, que no somos las únicas y no seremos las últimas y que siempre tenemos lo que se requiere para manejar lo que venga. 

En esta era creemos que debemos ser perfectas, nos da miedo fracasar, pero no olvidemos que el único camino para ser exitosas y crecer, es fracasando, y tomando la decisión consciente de aprender de esa experiencia.

Basta una mujer que reconozca el potencial infinito de otra para empezar una cadena de mujeres que creen en otras, de madres que apoyan a sus hijas, de colegas que se impulsan y de amigas que se celebran. Basta una mujer para transformar la historia de otra mujer y de las generaciones que dependen de ella.

Es tiempo de avanzar y estar unidas, de eso depende que el triunfo de una sea el triunfo de todas. 

Una mujer puede cambiar la historia.

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