Armado soy ciudadano

Orlando Amores Terán

De nada sirven más policías, pueden ser 70.000, si no se los reeduca en valores morales, cívicos, patrióticos, históricos, culturales y en contrainsurgencia, hasta que entiendan que todas las manifestaciones del neocomunismo (terrorismo, narco-guerrilla, «progresismo», narco-terrorismo o «socialismo del s.XXI»), son sus enemigos naturales a los que tienen la obligación de neutralizar y hostigar sus actividades, no obedecerlos, ni rendirles honores.

Si desean bajar índices de criminalidad, deben autorizar el porte de armas a quienes cumplen requisitos, porque la «protección policial» es un oxímoron, una contradicción conceptual, ya que la policía no protege del delito, lo investiga luego del suceso y persigue al involucrado, no actúa como guardaespaldas, los ciudadanos libres debemos protegernos nosotros mismos, de ese modo colaboramos con la seguridad, que es la primigenia responsabilidad del Estado de derecho, que nos involucra a todos. Necesitamos un arma porque entendemos las limitaciones jurídicas y físicas de la fuerza pública.

No necesitamos un arma para matar; sino para evitar que nos maten. No necesitamos un arma para dispararle a alguien; sino porque queremos morir cuando seamos viejos, en nuestra cama, no apuñalados en una acera. No necesitamos un arma porque nos sentimos débiles; sino porque desarmados, frente a un delincuente armado, somos débiles. Necesitamos un arma porque amamos la vida y a las personas que la hacen significativa. Las armas en manos honestas, salvan vidas y bienes. Las leyes de prohibición y control de armas, son inicuas, porque afectan adversamente a los ciudadanos que respetan la ley y benefician al crimen.

Armados, somos ciudadanos en ejercicio de nuestros derechos y obligaciones; desarmados, somos sujetos pasivos del hampa. El propósito de luchar por la libertad, es ganar. No hay victoria, en la simple defensa; la espada es más importante que el escudo. Valora la libertad, exige tu derecho a portar un arma.

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