Yveth Romero P.
El Año Nuevo siempre nos llevará a mirar atrás, a revisar nuestra vida en los meses que pasaron, y, a recordar los hechos, que, como humanidad, hemos vivido. Noticieros de todo tipo, redes sociales, programas especiales de radio y tv, y muchos otros medios, suelen aprovechar estos últimos días del año para recordar los acontecimientos pasados.
Momentos de alegría y tristeza, gratitud y rechazo, miedo y esperanza nos invaden estos días.
El fin de año solemos imaginar nuestro futuro y los sueños se visten de esperanza y confiamos en un tiempo mejor. Pero, no podemos olvidar, que todo futuro, aquel que anhelamos que sea pleno de felicidad y dicha, está teñido de las acciones de nuestro pasado, teñido de aquello que ya hemos vivido, de experiencias, de grandiosos momentos de luminosa felicidad, pero también, de miedo y angustia.
¿Cómo tener un año mejor? con el poder de la Voluntad, de hacer nuestra vida mejor, nadie lo puede hacer por nosotros. Cada uno tenemos nuestro pedacito de responsabilidad, sobre nuestras vidas y, la de los demás, pues no vivimos solos, estamos juntos en esto.
Somos dueños de nuestros actos, pensamientos, sentimientos. Hay que ser valientes, abrir nuestros ojos y asumir lo que depende de nosotros y no sufrir por lo que no depende. No es falso optimismo, es recobrar la fuerza interior, para enfrentar las dificultades, para tomar decisiones y actuar con sensatez, para sentir, nuevamente, bondad en nuestros corazones, para vivir cada día, con honestidad y pensar que cada acto de nuestra vida, influencia en nuestro futuro, y, también en el de los demás; para proyectar nuestra vida, a futuro, con conciencia, valentía y dignidad. Ser más felices es una cuestión personal. Vivir conscientes y responsables de nuestros actos cada día, nos permitirá forjar un futuro más feliz, más próspero y lleno de paz.
Nueva Acrópolis Santo Domingo