Es tiempo de ver atrás

Es tiempo de ver atrás
Es tiempo de ver atrás

Pablo D. Punín Tandazo

Ha llegado esa época del año en la que usualmente nos dedicamos a evaluar y planificar, pero creo que lo más importante que podemos hacer en estos días es reflexionar.

Es tiempo de ver atrás sin caer en el peligroso juego de juzgar. Es tiempo de ver atrás sin retroceder, observando cuánto hemos aprendido. Es tiempo de ver atrás para decidir qué es lo que queremos cambiar en nuestras vidas, sin olvidar que cambiándonos a nosotros mismos también cambiamos todo lo que nos rodea. Es tiempo de ver atrás para tomar el impulso que necesitamos para asumir los retos que la vida nos pondrá adelante. “Es tiempo de renovar el amor, los sueños y las esperanzas”.

Mientras volteamos la mirada al ayer es importante recordar que somos nosotros los encargados de decidir cuándo empieza o termina algo. No necesitamos esperar una fecha especial para que eso ocurra, somos los únicos con el poder de colocar puntos, suspensivos o finales, en nuestra vida. Puede suceder que, al mirar atrás, se den cuenta que han conseguido uno de los objetivos más maravillosos e incomparables: crecer al ritmo propio.

Si algo puedo decirles es que la paciencia es una virtud difícil de comprender, pero que suele traer recompensas extraordinarias. Nuestros hábitos guían nuestro camino, un camino reflejado en un mosaico blanco y negro. Hay que aprender a caer para triunfar y hay que conocer la tristeza para valorar la alegría. Si llegamos a comprender que los extremos son lo mismo, pero en distintos grados, lograremos alcanzar el equilibrio que tanto buscamos. Detrás de la prudencia se esconde la felicidad.

Debemos enfocarnos en el presente, sin temer al futuro y sin olvidar el pasado, porque eso es lo único que nos permitirá mejorar. El miedo es una prisión en la que nosotros mismos somos guardianes de las llaves y para salir de ella solamente debemos atrevernos a hacerlo.

Aunque todo parezca complejo, por distintas situaciones, estas fechas sirven para recordarnos que lo mejor está en lo más sencillo, como un abrazo o un beso. La vida está en aquello que no se puede comprar, en eso que resulta tan grande que se vuelve imposible ponerle un valor. Por eso hay que estar muy atentos, abriendo, más que los ojos, el corazón.

Brindo por un 2023 en el que se cumplan todos sus sueños, sin olvidar que ustedes son la herramienta que les permitirá hacerlos realidad. Prepárense, sean constantes, ámense y valórense cada día, que solo de ustedes depende alcanzar lo que se propongan.

¡Por un año lleno de templanza, prudencia, valentía y felicidad!

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