Amnistías e impunidad

Rogelio Morales Cattani

El coste de lograr la paz no debe sustentarse en otorgar amnistías a quienes delinquen, destrozan los bienes públicos, secuestran, chantajean, atacan a ciudadanos indefensos y tengan la obsesión por quemar Fiscalía y Contraloría que es donde precisamente se investigan actos de corrupción.

Organizaciones no gubernamentales politizadas que generalmente abogan en favor de los victimarios y no de las víctimas, deben ser evaluadas por el estado, porque también están atentando contra la seguridad nacional. Existen personas que trabajan en Derechos Humanos de manera honesta y desinteresada, (son las excepciones), también existe otros anodinos de palabra fácil y pensamiento chato, que viven sin producir ni trabajar y viajan por el mundo jugando a estar en contra de los que están favor y a favor de los que están en contra. Son anarquistas que vegetan, sin oficio ni beneficio.

Cuando la Asamblea Nacional decidió dar una “amnistía general”, sin separar el trigo de la paja, se convirtieron en cómplices y traidores a la patria, tanto los que votaron a favor, como los que se abstuvieron por cálculos políticos. Ahora todos pagamos las consecuencias de ese descriterio. No aprendemos de la historia y por eso la repetimos, cada vez con otros actores, cometiendo los mismos delitos.

En las últimas protestas un bufón que denigró, insultó y ofendió a la iglesia católica acusándola de ser el opio del pueblo y a los sacerdotes de ser corruptos, luego se autoproclamó instruido, pero no respeta la libertad de cultos que es parte de una convivencia armónica; personaje que luego se fue a refugiar en la Universidad Salesiana, regida por un sacerdote católico y no creo que haya ido en busca de opio, sino de comida y abrigo. Luego el mismo payaso, pidió acudir a las iglesias para mantenerse en cadena oración en busca de la paz. Estos son vividores de doble moral, psicópata con crisis de “catatimia mental” que vagabundean sin tratamiento y requieren ayuda profesional.

[email protected]