Ahora la Fiscal

Luis Intriago Luna

Luis Intriago Luna

Estas son las incongruencias de la política, mientras el pueblo desea que los delincuentes de cuello blanco no queden impunes y sean sentenciados; los politiqueros quieren borrón y cuenta nueva.

Así no puede seguir el país. Cuando aparece un político con características de honestidad y valores éticos, lo mandan a matar. Y cuando aparece una funcionaria de la talla de la Fiscal de la Nación, que a todas luces está haciendo bien las cosas transparentando los robos y más delitos contra el Estado, llevando a los politiqueros de cuello blanco y a los poderosos de este país a la cárcel, y a otros los tiene prófugos.

Estos atropellos, el pueblo los rechaza; desafortunadamente, no les dan micrófono para expresar su rechazo de estos hechos repudiables. Los asambleístas, en vez de hacer leyes en contra de los extorsionadores que atentan contra la ciudadanía, no lo hacen, olvidando al pueblo que en campaña le rogó que saquen a los extorsionadores de circulación y los ubiquen donde no hagan daño a la población, pero han prestado oídos sordos al clamor ciudadano.

El Art. 98 de la Constitución nos faculta el derecho a la resistencia; por ello, hay que seguir rechazando dichos actos de barbarie: asesinatos, violaciones, secuestros etc. Hay que repudiar y exigir al gobierno que, a la brevedad posible, busque la solución de este y otros acuciantes problemas de la vida nacional. Ya que los asambleístas están con el caramelo en la boca, para ellos, la amnistía es lo que buscan para sus compañeros prófugos. Además, tratar de sacar la piedra del zapato que es la actual Fiscal General del Ecuador, porque no les permite la impunidad, borrón y cuenta nueva.

Es contradictorio cuando pedimos autoridades honestas y confiables, y se las encuentran, como la Fiscal del Estado. Le buscan la forma de sacarla de sus funciones, todo porque afecta a un grupo de politiqueros, y evidentemente, se la persigue porque defiende al país.

 Hasta que el pueblo se ponga de pie y proteste ante tanto atropello, que Dios nos ampare.

[email protected]