Necesario es dar gracias a Dios que permitió que recibiese la vacuna con idas y vueltas sin claudicar en el intento, ¡lo logré! Por mis propios medios debido a la mala organización y es allí en donde expreso, la experiencia formidable que tenemos los maestros para organizar luego de planificar un noble cometido, importante es la agilidad mental y física para enrumbar el batallón de participantes con que sabemos trabajar y ordenar
a todos para cumplir el noble cometido.
Nunca se notificó el día preciso y aquí empezó el corre que te alcanzo, fui registrada el 18 recién e inmediatamente se me vacunó sin recibir la certificación respectiva. Para la segunda dosis fui notificada antes del 18 para ser atendida en el colegio María Auxiliadora en donde la organización fue estupenda pero… no se extendió el certificado, a otros sí. Empezó el corre que te alcanzo de Herodes a Pilatos hasta que por fin en el Dispensario 3 el día 26 de mayo se me extendió la presentable tarjeta y pude decir ¡gracias! Por el dinamismo encontrado luego de la espera hasta que llegara dicho documento.
Ojalá que en el emprendimiento del nuevo gobierno se agilite y se entregue de inmediato la constancia de ser vacunado a fin de evitar contratiempos como los que tuve que pasar hasta conseguir lo que por ley ameritaba como también pasó a otras personas.
No es un triste pedazo de papel en que se certifica la vacunación o un «invisible», esto tenían que exigir los encargados de este compromiso con la salud a fin de que todos quedemos satisfechos. Deseo suerte para los que se perfilan a la vacunación del grupo de los nueve millones.
MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE GÓMEZ