Ambato en el abandono

Iván Paredes

Paros, suspensión de servicios básicos, contaminación del agua, vías interrumpidas, tala y deforestación, calles y aceras ocupadas para otras actividades, inseguridad y más, es la tónica que le ha tocado vivir a la población ambateña en los últimos años, sin que nada ni nadie haga algo para evitar o sancionar, convirtiéndose en una tierra de nadie, donde impera la viveza criolla y el interés particular sobre el bienestar general y el amor a la ciudad fuerte y pujante que nos ha cobijado en su regazo.

Mientras los demás cantones a nivel nacional tratan de superar la difícil situación que atraviesa el país, Ambato se encuentra hundiéndose en un paro de transportistas de buses urbanos de más de una semana, sin visos de solución porque a nadie le importa e interesa el sufrimiento de la gente común que diariamente tiene que coger un colectivo para realizar sus diferentes actividades o acudir a las entidades públicas a pagar y cumplir con su responsabilidad de ciudadanos respetuosos de sus haberes, es decir, no les interesa la forma y el modo, sino, únicamente, que paguen o realicen los trámites, el resto cada quien verá como lo hace. Esto demuestra el poco interés y compromiso con sus conciudadanos. Autoridades que llegan al cargo solo para satisfacer sus egos y ambiciones, pero nadie durante varios años atrás ha demostrado y justificado haber sido merecedor de tan delicadas funciones.

Violar derechos constitucionales y legales de los ciudadanos, como es el transporte y movilización, servicio público necesario y básico, en especial, para personas de escasos recursos, es por demás indignante; peor aún, ninguna autoridad o, las que fueron elegidas, no pronunciarse ni resolver causa decepción y desagrado porque, con tantas entidades públicas y tantos funcionarios y autoridades, nadie se compadece de niños, adultos, personas con discapacidad, población general; convirtiéndose en la bella ciudad abandonada.