Las 7 plagas, el apocalipsis y el presidente

Cecilia Chacón
Cecilia Chacón

Seguramente el presidente Lasso y sus ministros, pensaron que una vez concluido el Gobierno del presidente Moreno pasó lo peor; al que le llegaron las 7 plagas: octubre, petróleo a cero dólares, ruptura de las dos líneas de traslado de petróleo y derivados, pandemia, riesgo país alto, austeridad económica, y las primeras confrontaciones entre mafias en las cárceles.

Los ministros del presidente Lasso se relajaron del todo, intuyeron un escenario de calma social, con mayor capacidad de gobernabilidad y que el discurso mediático era suficiente para definir un nuevo horizonte.

Nada más lejos de lo imaginado. El Presidente se encontró con duras realidades, empezando por sus ministros con poca o nada experiencia de lo público, de la complejidad burocrática existente y que es distinto hablar desde afuera que hacer desde adentro. Se encontró con la muralla de la Asamblea Nacional, donde está formalizado y legalizado estar en contra. La Asamblea es una piedra en el zapato para gerenciar el Estado, tiene la capacidad de generar agendas interesantísimas, donde los ministros desfilan diariamente ocupándose de contestar sendas preguntas sin final.

Después de 18 meses se ha borrado el logro de las vacunas para la reactivación económica. Resultó ser un triunfo pasajero, Lasso enfrentó su propio junio con los movimientos indígenas. Ahora, las mafias dentro y fuera de las cárceles quieren imponer su propia ley. En medio del desconcierto la Asamblea aumenta la incertidumbre, esta misma Asamblea Nacional no apoyó el aumento progresivo de la fuerza y juega su rol de doble moral.

Al parecer las 7 plagas quedaron chiquitas, frente al terror organizado de las mafias. Junto al interés de quienes buscan desestabilizar al Gobierno y se encargaron de deslegitimar el rol de la Policía. A esos que les gusta el caos, deben estar felices que el apocalipsis llegue a las calles donde los ciudadanos de a pie ven las escenas de MAD MAX en vivo y en directo. Al Gobierno le queda una opción: ponerse de pie.