El hecho de ver a seguidores de la izquierda marxista, fracasada ya en todo el mundo, defender el voto nulo, no me admira; ellos buscan, a pesar de todos los ejemplos en su contra, promover la revolución y para ello agudizar las contradicciones, forjar como sea una “economía de guerra”, según la táctica de Lenín. ‘Economía de guerra’ significa escasez, racionamiento, hambruna, mercado negro, control político a través del estómago vacío. Ellos van a lo suyo: tomar el poder por medio de la violencia, el golpe, la subversión.
Pero que dirigentes políticos o conductores de opinión aparentemente lúcidos también lo hagan, llama la atención. Para que el voto nulo tenga éxito y produzca resultados favorables para esos promotores, es necesario que supere al válido, lo cual es imposible, por eso es una torpeza incentivarlo; tanto más que la observación más simple lleva a la conclusión que favorecería a quien en la primera vuelta llegó en primer lugar. Torpeza.
Pero esos mismos afirman que defienden el voto nulo por dignidad; saben que con ello favorecen a quienes los vejaron, los ningunearon, los golpearon, los encarcelaron, mataron a sus compañeros… ¿Dignidad?
Dignidad es oponerse con todos los medios posibles a que ese régimen regrese ensoberbecido, con hambre atrasada y odio viejo; que vuelva a tratarlos con desprecio; oponerse, combatirlo en las urnas, es dignidad; lo otro es jugar con palabras vacías, es “cacarear sin poner huevo”, como dice nuestra gente de campo.
Dignidad es luchar para que nuestra enferma democracia se fortalezca y se mantenga; en este momento el camino es el voto por el candidato que ofrece la certeza de respetar las leyes y las instituciones. Los mentores del otro ya nos han advertido, vendrán para vengarse, para imponer su “proyecto” por largos, largos años.
Por favor, sean dignos y no torpes, recuerden que si siembran vientos cosecharán tempestades, de las cuales les será muy difícil librarse. Parodiando a Churchill: Perderán la dignidad y no alcanzarán el poder. Y de paso: actúen con responsabilidad patriótica.