Teletrabajo: tendencia que no despega en Ecuador

Milica Pandzic

Según el BID, se estima que en América Latina y el Caribe solamente un 3% de los trabajadores practicaba la modalidad de teletrabajo antes de la pandemia. En Ecuador, dicha cifra se estima mucho menor: 0,47% de los trabajadores en 2019. Hoy, sin embargo, el teletrabajo y los esquemas de trabajo remoto que se derivan de él, son tendencias conocidas por todos, que la ‘nueva normalidad’ trajo para quedarse a nivel global.

Tomando uno de los ejemplos más evidentes: para 2022, el 58% de los trabajadores en EE.UU. reportó tener la oportunidad de trabajar desde casa al menos un día a la semana, y 35%, tener la oportunidad de trabajar cinco días a la semana desde casa. Estas oportunidades son tan valoradas por los trabajadores americanos que cuando se les otorga la oportunidad de trabajar de manera flexible, el 87% la aprovecha.

Existen varias ventajas que otorga el teletrabajo: la flexibilidad del horario laboral y una mejor organización del tiempo; el ahorro de tiempo y dinero en transporte y movilidad; ahorros en infraestructuras, servicios, y energía; menores accidentes laborales; e incluso, mayor productividad y menor ausentismo; entre otras.

No obstante, y a pesar de que Ecuador sí cuenta con un marco normativo que permite el teletrabajo, no es una modalidad comúnmente utilizada al día de hoy. Se requieren mayores incentivos y conversaciones tripartitas (empleadores, trabajadores y gobierno) para aprovechar el potencial que tiene el teletrabajo; y especialmente, unir esfuerzos para superar obstáculos importantes como la falta de conectividad y la deficiencia en las competencias digitales, que no permiten que el teletrabajo despegue en el país.