Gobierno y acción

Eduardo F. Naranjo C.

Conducir un país es asunto de conocimiento y decisiones; quienes son elegidos deben demostrarlo. Los últimos 6 años han sido un equívoco y oscuro tránsito. Las últimas elecciones renovaron gobiernos seccionales que alientan la posibilidad de cambio.

Solucionar los problemas de las grandes urbes es un tema en discusión mundial. A nivel académico hay mucho estudio y aporte. La movilidad humana tiene diferentes niveles y consecuencias, por lo que es necesario el diseño de estrategias para resolver esta realidad que crece. No hacerlo conducirá a potenciales caos.

Estos días se conoció la noticia de que el Alcalde de Quito, junto con la Prefecta, parecen haberse apersonado para resolver el viejo problema de la principal vía alterna que comunica el centro con los valles del norte, la calle Manuela Sáenz, que ha comenzado a mejorar con la construcción del nuevo puente sobre el Machángara y que resolverá parte del problema, porque el ensanche y mejora de todo el trayecto de la vía todavía está pendiente.

La Prefecta reconoció que por esta vía transitan al menos veinte mil vehículos diarios, lo que implica la urgencia de su modernización. El Alcalde, por su parte, ofreció apoyar la mejora de esta fundamental vía alterna de la Interoceánica, creando esperanza de que las cosas mejorarán. Habrá que verlo, después de tanto tiempo de inacción y distorsión a los intereses ciudadanos por gobiernos ineptos con lo público pero eficientes en sus propios intereses como los de la secta que domina almas y cuerpos.

El país, gracias a la distorsión informativa, se tornó en campo de batalla, donde las emociones se agitan por ‘creencias’ verdaderas o falsas y el manipuleo de la información bloquea orientar a soluciones reales, confirmar hechos y mejorar la cohesión social a la vez que, se percibe que este sistema ‘democrático’ permite a cualquier aventurero buscar el poder omnímodo para beneficiarse él y su grupo.