Cuidado con el efecto Lasso

Salvatore Foti

En apenas dos meses, el presidente de la República, Daniel Noboa, ha logrado alcanzar objetivos que el expresidente Guillermo Lasso no pudo lograr en dos años y medio de gestión. El mandatario ha demostrado que, gracias a acuerdos políticos y, sobre todo, a la voluntad de mejorar el país, se pueden obtener resultados significativos. Por fin, las cárceles parecen estar bajo control, o al menos están en proceso de controlarse. Se ha constatado que en las mismas había incluso pequeños centros comerciales donde era posible adquirir alcohol o reparar celulares dañados. Incluso se detectaron redes de internet operando a la vista y paciencia de las autoridades cómplices. Sería beneficioso que los exfuncionarios y responsables de la seguridad paguen por sus acciones y omisiones, ya que han traicionado al Estado a cambio, al menos, de dinero, y esto no podía desconocerlo el mismo Lasso.

Sin embargo, la actual aprobación del presidente Daniel Noboa debe ser cuidada y cultivada, ya que también el expresidente Lasso, en su momento, gozaba de una alta aceptación gracias, por ejemplo, a la campaña de vacunación. Pero luego, la falta de gestión y su total divorcio con la realidad provocaron su abrupta salida.

Por esto, el presidente no debe confiarse, ya que el pueblo tiende a olvidarse rápidamente de lo bueno. Noboa debe seguir con obras y políticas que mejoren la vida de los ecuatorianos, quienes aún enfrentan la delincuencia, el desempleo y la falta de oportunidades. La propuesta de subir el IVA o peor aún, quitar los subsidios, podría dañar la imagen del mandatario y hacerle caer en el indeseable efecto Lasso, generando una mala impresión en la población. Antes de imponer sacrificios, es necesario implementar cambios que restauren la paz en el país, ya que tocar los bolsillos de la gente no contribuirá en nada a la unidad ni en conseguir objetivos políticos beneficios para su trayectoria