Falta poco…

Rosalía Arteaga Serrano

Es esta una semana crucial para el Ecuador. Elegiremos a un nuevo presidente de la República, y a pesar de que sabemos que es esta una elección atípica, porque quienes salgan elegidos en las urnas lo son para menos de dos años de gestión, las circunstancias políticas y sociales, pero también económicas y de seguridad por las que atraviesa el país, nos ponen ante una disyuntiva muy especial que definirá mucho de lo que va a ocurrir en un futuro cercano y a mediano plazo.

Por ello es que hay un silencio electoral. Estamos libres de la campaña que legítimamente realizan los candidatos, por lo que se establece este tiempo prudencial para la reflexión personal, de cada votante para determinar qué decisión se tomará el próximo 15 de octubre.

En una segunda vuelta electoral las posiciones se definen aún más que en la primera, en la que hay abundancia de candidatos, y los ciudadanos debemos estar atentos no solamente a lo que han dicho los referidos candidatos sino también a lo que significa cada tendencia para el bien del país.

Es también cierto que mucho de lo que acontezca en las urnas va a definir lo que ocurra en las elecciones de 2025. Hay quienes ven también en esta elección la alternativa entre dolarización y desdolarización, con referencia incluso a posicionamientos internacionales que desafortunadamente quieren incidir en lo que ocurre en buena parte de nuestra América.

La dolarización ha significado para el país una cierta estabilidad económica, evitando procesos inflacionarios que han sido desastrosos para países como Argentina y Venezuela; sabemos que la inflación es tal vez el impuesto más cruel sobre todo para las clases menos privilegiadas de una sociedad, es decir para los más pobres.

Esperemos que los ecuatorianos seamos suficientemente lúcidos para tomar la mejor decisión en las urnas este domingo.